La alteración de los reflejos de las personas con síndrome de Down es el motivo de su descoordinación motora
Los reflejos clave de los ojos de los pacientes con síndrome de Down están sustancialmente alterados, lo que podría ser el origen de los problemas de equilibrio y coordinación motora que padecen estas personas, según un estudio del investigador de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado (Estados Unidos), Alberto Costa.
Los hallazgos de esta investigación, publicados en ‘Experimental Brain Research’, podrían conducir a nuevas herramientas para evaluar la eficacia de nuevos medicamentos y terapias de mejora de la calidad de vida de las personas con este trastorno genético.
“Las personas con síndrome de Down sufren varios grados de dificultad motora -explica Costa- y tienden a caminar más tarde que las personas que no tienen este problema y a menudo carecen de equilibrio, tienen un bajo tono muscular y su control postural es pobre.
Según el investigador, “esto probablemente se deba a que el síndrome de Down afecta a los sistemas vestibular y optocinético del cerebro“.
En un cerebro sano, el sistema vestibular reacciona a las señales de los neuro-receptores del oído interno para producir respuestas a los movimientos de la cabeza. Por su parte, el sistema optocinético utiliza la información visual para producir el movimiento del ojo. “Estas reacciones suelen ser lentas o menores en las personas con síndrome de Down”, asegura Costa.
El doctor estudió a 32 participantes entre 14 y 36 años y se utilizaron gafas binoculares especiales para medir los movimientos oculares en respuesta a estímulos visuales y vestibulares. El estudio se centró en el cerebelo, responsable de mantener el equilibrio, la postura y el control del movimiento.
“A pesar de que desde hace años se sabe que el cerebelo es desproporcionadamente reducido en las personas con síndrome de Down, con esta investigación se ha querido averiguar cómo trabaja su cerebelo a nivel funcional”, explica Costa y añade que “se descubrió que las personas con síndrome de Down tenían menos reflejos optocinético y vestibular en comparación con las personas sin este síndrome. En consecuencia, es probable que las cosas les puedan parecer borrosas cuando van en bicicleta o practican deportes”.
Fuente: Europapress