Consejos sobre la mejor manera de proteger los ojos en la práctica del esquí y prevenir enfermedades oculares
Durante el invierno no todos los ‘peligros’ son los catarros o gripes, también las bajas temperaturas, el viento o incluso el propio sol pueden ser perjudiciales para nuestra salud ocular, sobre todo si practicamos deportes de invierno.
Las gafas de sol o, en su caso, las gafas específicas para esquiar son esenciales para filtrar la radiación solar y evitar patologías oculares más o menos graves.
La posición del sol durante el invierno es más baja en el cielo, de forma que los rayos llegan con una inclinación que los hace muy molestos e igualmente nocivos para nuestros ojos, por lo que es fundamental usar gafas durante todo el año. Además, el frío y el aire propios del invierno provocan un aumento del lagrimeo y sequedad en nuestros ojos que se puede reducir protegiéndolos con unas gafas adecuadas y utilizando lágrimas artificiales.
Cada año se dan muchos casos de quemaduras corneales y hemorragias retinianas en esquiadores y alpinistas. Estas últimas han sido descritas como hemorragias retinianas provocadas por la altitud y por la utilización de gafas de protección solar inadecuadas en estos entornos. Algunos investigadores han destacado incluso una incidencia de esta dolencia ocular hasta del 29% en escaladores en altitudes que van desde 3.500 hasta 8.000 metros, siempre por la utilización de unas gafas no suficientemente adecuadas a estos entornos.
Fuente: Funsavi