Es un hecho que entre los 40 y 50 años los problemas de visión se convierten en un factor común para un alto porcentaje de la población. Las letras se hacen demasiado pequeñas y se empieza a alejar cualquier material de lectura para verlo claramente.
Esta dificultad para ver de cerca, enfocar, cansancio al leer o necesitar más iluminación para mantener la visión con calidad, pueden ser los primeros síntomas de la presbicia.
La presbicia es la pérdida gradual de la visión de cerca -o a distancias intermedias- que suele aparece a partir de los 40 años. Es la afección ocular más frecuente en todo el mundo.
Conocida también como “vista cansada”, la presbicia es una afección a la que todos están expuestos, hace parte del envejecimiento y toda persona la padecerá en algún momento de su vida.
Durante la juventud, el cristalino (lente natural del ojo que ayuda a enfocar la luz o una imagen sobre la retina) puede cambiar de forma fácilmente. A través de un proceso de acomodación, aumenta o disminuye su curvatura y espesor para ayudar a las personas a enfocar los objetos en variadas distancias.
Para la visión de objetos lejanos se afina al máximo, y aumenta su espesor para enfocar de cerca.
A partir de los 40 años el cristalino se torna más rígido, se endurece, va perdiendo progresivamente su flexibilidad original y al no poder cambiar tan fácilmente su forma pierde su capacidad para acomodarse y enfocar. Es en este momento donde se empieza a dificultar la lectura a corta distancia, condición que se conoce como presbicia.
La presbicia afecta al 100% de los individuos de más de 50 años. Hay factores que pueden acentuarla, como la diabetes, la anemia, ciertos medicamentos, o hábitos que impliquen el uso constante de la visión cercana.
Además de la presbicia, la principal patología que afecta al cristalino es la catarata, una condición progresiva que disminuye la calidad de la visión.
“Cuando la visión es nublada o borrosa, dificultosa de noche, no pueden distinguirse nítidamente los colores y hay mucha sensibilidad a la luz y a los brillos, una persona podría estar padeciendo catarata”, afirma Omar López Mato, médico oftalmólogo, fundador y director del Instituto de la Visión.
Mejorar la visión. En la actualidad existen diferentes alternativas para el tratamiento de la presbicia y las cataratas.
“Las últimas tecnologías permiten corregir las cataratas y la presbicia a través de lentes intraoculares acomodativas. Estas lentes corrigen tanto la visión de lejos, como la intermedia (ver la computadora) y la de cerca”, explica el especialista.
Por medio de una sencilla intervención, las lentes intraoculares acomodativas sustituyen el cristalino. Se mueven y flexionan de manera que el paciente pueda mantener una imagen nítida a medida que enfoca objetos de cerca, a distancia intermedia y de lejos.
Es un procedimiento permanente y altamente exitoso. La evidencia científica respalda que la visión de la mayoría de los pacientes continúa mejorando con el tiempo. En pacientes jóvenes -con presbicia o catarata incipientes- la operación puede tener, incluso, un fin estético. En muchos casos han reducido la dependencia a la utilización de anteojos.
La intervención también está recomendada en pacientes mayores, de entre 40 y 80 años. Sin embargo, en las personas mayores, recuperar una buena visión suele evitar otro tipo de complicaciones. La cirugía de catarata puede evitar accidentes con consecuencias físicas como caídas, quemaduras y encandilamientos automovilísticos.
Según López Mato, el procedimiento es muy sencillo. La intervención no dura más de media hora, es ambulatorio y el paciente puede retornar a sus actividades normales en las siguientes 48 horas. El paciente sólo tendrá que realizar los cuidados de higiene y manipulación que le indique su oftalmólogo.
Fuente: latam salud