¡Buenos días a todos los lectores de clínica Lasik Center! Hoy os traemos esta información presentada en el blog Noscuidamos.com acerca de los contaminantes en nuestra alimentación, los cuales pueden dañar gravemente nuestra salud. Esperamos que estas temáticas comiencen a ser más difundidas, para empezar a pensar otros modos de alimentación y salud.
Actualmente los controles de seguridad respecto al nivel de contaminantes y pesticidas en los alimentos es muy alto y, pese a ello, la hipótesis de que pueden dañar nuestra salud sigue estando en el aire. ¿Por qué ocurre esto? Uno de los motivos es el contacto constante con este tipo de productos, y el otro, que pueden persistir durante años en nuestro cuerpo. Buena muestra de ello son las sorprendentes conclusiones de un estudio publicado en 2007 y liderado por el doctor Nicolás Olea en el que, tras analizar las placentas de 150 mujeres que dieron a luz en el Hospital Clínico de Granada, comprobaron que la inmensa mayoría presentaban al menos ocho tipos de pesticidas, incluido el DDT. No hay que olvidar que el uso de DDT se prohibió en 1985 por su toxicidad.
Las sustancias contaminantes pueden pasar de la madre al hijo durante la lactancia.
Entonces, ¿cómo es posible hallar rastros de este pesticida décadas después de su prohibición? “Probablemente la mayor fuente de exposición a estos compuestos químicos actualmente prohibidos fueron las abuelas de los recién nacidos, que los pasaron a sus hijas mediante la lactancia materna”, explica el profesor Olea.
Posibles efectos sobre la salud
¿Y cuáles pueden ser los efectos concretos en nuestra salud de la exposición frecuente a este tipo de productos químicos? En los recién nacidos puede provocar bajo peso al nacer o incluso anomalías en el desarrollo de los testículos y el pene, según concluye el estudio del doctor Olea.Los efectos de la exposición a contaminantes durante el periodo de gestación también fueron objeto de debate durante el 23º Congreso de la Internacional Society for Environmental Epidemiology (ISEE), celebrado en Barcelona. Allí se presentaron varios estudios donde se apunta que los contaminantes, ingeridos sobre todo a través de la dieta, pueden provocar una menor distancia de los órganos genitales en los varones. Esto se relaciona, a la larga, con una peor calidad del semen.
La alteración hormonal que provocan podría influir en la aparición del cáncer de mama.
Otra investigación apunta que el contacto continuo con este tipo de sustancias durante el embarazo también puede influir en el comportamiento de los niños, ya que parece ser que la exposición a contaminantes interfiere en el desarrollo de un área del cerebro vinculada con nuestra forma de actuar.En las mujeres podría aumentar el riesgo de cáncer de mama debido precisamente al componente estrogénico de estas sustancias. Son varias las investigaciones que apoyan esta hipótesis. Algunas apuntan, incluso, a que la exposición prenatal a DDT’s y sus derivados podría influir en la edad de menopausia de las futuras hijas, adelantándola o retrasándola según el tipo de contaminantes, según datos recientes del Public Health Institute presentados en la reunión de la ISEE.¿Quieres seguir leyendo? Noscuidamos.com