¿Se ha preguntado alguna vez cuánto tardamos en reconocer la silueta de un camello, de un elefante o de un caballo? Menos de un milisegundo.
Tan extraordinaria rapidez parece impensable si tenemos en cuenta cómo procesa la información visual nuestro cerebro. Es de sobra conocido por los científicos que las imágenes que percibimos se dividen en dos mitades, cada una de las cuales se envía a un hemisferio cerebral. Esto sucede incluso cuando usamos un sólo ojo. “Puesto que las áreas visuales primarias de cada hemisferio ven sólo la mitad de un objeto, se asumía que la comunicación entre hemisferios era imprescindible para combinar la información y ver una sola figura”, explica el psicólogo Ernest Greene, de la Universidad del Sur de California. Pero gracias a una serie de experimentos con sujetos a los que mostraba filas de LEDs iluminados formando siluetas, Greene ha comprobado que las células de la retina se “adelantan” a los hemisferios cerebrales, y son capaces de identificar por sí mismas cualquier forma en un tiempo récord de unas diezmilésimas de segundo. En definitiva, en un abrir y cerrar de ojos.
Fuente: Muy Interesante