A unos meses de que se cumpla un año de la declaración oficial, por parte de la OMS, del brote de coronavirus como pandemia global, la población conoce perfectamente las tres herramientas clave para su lucha: el distanciamiento social, el uso de gel hidroalcohólico y la mascarilla.
Se ha demostrado que las mascarillas quirúrgicas son efectivas en entornos comunitarios para prevenir la transmisión de infecciones virales respiratorias y su uso debe ser prioritario para evitarlas. Como medida de prevención para reducir la transmisión del coronavirus su utilización ha aumentado de forma exponencial en todo el mundo. A medida que la población, en general, se adapta a su uso, existe una mayor conciencia sobre el ojo seco asociado a su utilización, debido en parte a los diseños que no se ajustan correctamente y a las fugas de aire. Además, algunos estudios también están empezando a encontrar síntomas de ojo seco en pacientes COVID-19 positivos.
El ojo sin protección sigue siendo un camino vulnerable de infección
Aunque el uso de la mascarilla es esencial actualmente para reducir la transmisión de la enfermedad a través de la boca y la nariz, el ojo sin protección sigue siendo un camino vulnerable de infección. Esta vía puede verse comprometida aún más por la irritación debida al uso de la mascarilla. La película lagrimal es una barrera esencial contra la invasión patógena, pero ésta puede verse comprometida si el uso de la mascarilla hace que dicha barrera se evapore más rápidamente. La incomodidad de los ojos secos también puede aumentar el roce ocular y tocarse más la cara.
Con relación a las cirugías oculares, los pacientes no deben correr el riesgo de una exposición involuntaria de los ojos que dé lugar a una infección, evitando el uso de la mascarilla de manera inadecuada en el período postoperatorio inmediato.
Con COVID-19 y el uso de mascarilla, la sequedad ocular, la irritación y la queratopatía pueden convertirse en un problema para un gran porcentaje de la población. Por ello, las gotas lubricantes para los ojos y la protección ocular, como las gafas protectoras, deberían utilizarse junto con las mascarillas. También incorporar determinadas medidas como el uso mascarillas con un alambre nasal flexible para evitar que el aire se dirija hacia los ojos.
Los pacientes que experimentan síntomas de ojo seco por el uso prolongado de la mascarilla deben realizar descansos cada pocas horas para quitársela, permitir que los ojos se recuperen y aplicarse las gotas lubricantes.
Dr. D. Jesús Araiz Iribarren
Especialista en Oftalmología
Clínica Oftalmológica Lasik Center