Los ojos, esos ‘espejos del alma’, sufren el riesgo de quedarse sin suficientes ‘cristaleros’ que eviten que el tiempo los estropee. Esta es la conclusión a la que ha llegado el Consejo Internacional de Oftalmología tras realizar un estudio en el que se pone de relieve que el número de oftalmólogos que existen en la actualidad no es suficiente para atender las crecientes demandas oculares de la población.
Para llegar a esta conclusión, los especialistas que integran este organismo realizaron una serie de encuestas con la finalidad de descubrir cuántos oftalmólogos hay en cada país y cuál es la tasa de crecimiento de la profesión. Para ello, se pusieron en contacto con 213 sociedades de oftalmólogos repartidas en 193 países de marzo a abril de 2010.
La encuesta, de cuyos resultados se hace eco la revista ‘British Medical of Ophthalmology’, no ofrece unos datos muy halagüeños: aunque en 2010 había 205.000 especialistas oculares en el mundo, viendo su distribución por países, los autores aseguran que no son suficientes para hacer frente al futuro inmediato ni de los países desarrollados ni en los que están en vías de ello. Con esto, se vería frustrado el plan ‘Visión 2020: el derecho a ver’ -impulsado por la Organización Mundial de la Salud- que se centra en evitar que para el año 2020 haya más de 76 millones de ciegos en el mundo, muchos de ellos evitables.
Demasiada demanda para pocos especialistas
El primer dato a tener en cuenta es que la mitad de los 205.000 oftalmólogos que existen se encuentran en seis estados (China, EEUU, Rusia, Japón, Brasil e India), mientras que 131 países representan menos del 5% del total de estos especialistas.
La brecha económica entre los países con más y menos ingresos tienen separa también a aquellos que recibirán atención médica en sus ojos de los que no podrán o lo tendrán muy complicado. Así, mientras que en los países en vías de desarrollo hay una media de nueve oftalmólogos por cada millón de habitantes, esta cifra sube hasta los 79 para el mismo número de personas en los lugares de ingresos altos.
Pero el detalle se acerca más a la realidad. “Hay 23 países que cuentan con menos de un oftalmólogo por cada millón de habitantes; 30 con menos de cuatro; 48 países con menos de 25 para cada millón de personas; 74 con menos de 100 y sólo 18 países tienen más de 100 oftalmólogos por cada millón de ciudadanos”, resume William Felch, miembro del Consejo Internacional de Oftalmología. “Estos datos son importantes en dos vertientes: en la de los países subdesarrollados porque el nivel económico sigue siendo un handicap que evita que exista y se formen pocos o ningún profesional de este ramo. En cuanto a los países desarrollados, el nivel de crecimiento de la población que supera los 60 años dobla a la tasa de profesionales que surgen cada año”, apunta.
Formando oftalmólogos
Mientras que en los estados con ingresos más altos el problema se encuentra en una población que supera los 60 años a un ritmo del 2,9% mientras que el número de oftalmólogos sólo lo hace en un 1,2%; muchos especialistas vuelven a llamar la atención sobre los países subdesarrollados.
Para Andrés Müller-Thyssen, colaborador de la Fundación Ojos del Mundo que desde 2001 ayuda en el campo de la salud visual a varios países en vías de desarrollo, uno de los retos de estos países es el de concienciar “con la importancia que se merece” sobre la salud visual. “Entre enfermedades como el sida o la malaria, la visión queda algunas veces en segundo lugar, pero lo cierto es que las estimaciones indican que alrededor del 2% de la población de estos países tiene problemas de ceguera o faltas graves de visión y un 80% de las causas de esta situación son evitables”, puesto que la mayoría empieza por problemas de cataratas o por falta de gafas.
Según cuenta a ELMUNDO.es este especialista: “Los problemas en estos lugares van desde especialistas mal repartidos en grandes territorios, como puede ser el caso de Bolivia, donde hay oftalmólogos en su capital, pero más de un millón de personas que viven en regiones cercanas no tienen acceso a ningún especialista; o como en el caso de Mozambique o Mali, la falta de oftalmólogos se une a la inexistencia de medios de todo tipo, sobre todo en sanidad”.
“Nosotros llevamos varios años en África y Latinoamérica desarrollando proyectos que incluyen desde fábricas de gafas a bajo coste, hasta la formación de especialistas a través de becas o pasando un periodo de estudio en España. Pero esto es un proceso lento, no sólo hay que crear sino mantener, y muchos países no tienen medios para ello”, señala el doctor Müller.
Con estos datos, los autores de la investigación creen que estamos “en una situación que se torna en desesperada”, cuya solución pasa por “dar respuesta al desafío de entrenar oftalmólogos suficientes para atender las demandas que se avecinan en los próximos años”, finalizan.
Fuente: El Mundo