La visión binocular es la capacidad que nos permite ver el mundo en tres dimensiones y calcular las distancias que nos separan de los objetos situándolos en el espacio.
Cuando los seis músculos que mueven cada ojo trabajan juntos de una forma coordinada, los dos ojos están sincronizados en sus movimientos y en todas sus posiciones, haciendo que ambos tengan la misma visión y capacidad acomodativa o enfoque. El cerebro fusionará las imágenes procedentes de ambos ojos en una única imagen en tres dimensiones. Por esta razón, si los dos ojos no miran exactamente en la misma dirección, la visión binocular es imposible.
Anomalías que pueden surgir
Las anomalías de la visión binocular son aquellos desórdenes visuales derivados de las dificultades en la coordinación motora o sensorial de los ojos, es decir, dificultades para dirigir ambos ojos a un punto determinado (convergencia). Los tres desórdenes binoculares más comunes son:
- Insuficiencia de convergencia, si convergen delante de ese punto.
- Exceso de convergencia, si convergen detrás de ese punto.
- Visión binocular eficaz, si tienen dificultades para mantener la convergencia. Una característica común a todos los problemas de la visión binocular es que siempre están asociados a problemas de acomodación o enfoque, que es el aumento de la potencia refractiva del cristalino que permite al ojo enfocar objetos cercanos.
¿Cómo se manifiestan?
Una parte de los problemas llamados científicamente astenópicos, entre los que se encuentran dolores de cabeza, mareos, incapacidad de fiar la atención en la lectura en un tiempo prolongado, visión doble, vértigos anormales, ect, están asociados a problemas de la visión binocular. Esto se traduce en un bajo rendimiento al realizar tareas determinadas en visión próxima, como leer, escribir, coser o planchar.
¿Cuáles son sus causas?
El desarrollo de las anomalías binoculares viene dado en muchas ocasiones por un exceso de trabajo en visión de cerca. Así pues, la escolarización, el estudio constante, los hábitos de lectura, la utilización excesiva de ordenadores, así como el entorno (mobiliario, iluminación, vicios posturales, …) pueden favorecer el desarrollo de disfunciones binoculares.