Una investigación científica de la Universidad Nacional de México (UNAM) con tejido ocular de cerdos puede permitir que las personas que sufren lesiones, atrofias y degeneración de la mácula del ojo logren recuperar la vista antes de su turno en las largar filas de espera por un órgano donado o de gastar importantes recursos para ser intervenidos.
Andrés Castell, jefe del Departamento de Biología Celular y Titular de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que una vez que se extrae el tejido del cerdo lo primero que se hace es “desvitalizarlo, quitar todas las células del animal, para quedarnos solamente con el armazón y colocar las células humanas”.
Se trata, aclaró, de un procedimiento prometedor pero de alta complejidad, que requiere extremo cuidado al extraer el tejido, tratarlo y colocarlo en seres humanos, sin importar si la ceguera es reciente o tiene más de 20 años.
“Estamos en el laboratorio trabajando en el proyecto, los avances son muy prometedores, vamos a empezar a hacer los trasplantes en animales (perros o ratas) y muy pronto esperamos dar la noticia de que se dará esperanza de recuperación de vista a una gran cantidad de personas”, explicó Castell.
El laboratorio de Biología Celular y Tisular de la Facultad de Medicina ha dado pasos importantes en materia de ingeniería de tejidos, rama emergente en el mundo, y que en su caso comenzó con la fabricación de piel y hueso, ahora están en proceso de producir cartílago y de desarrollar córneas.
Procedimiento
Las córneas se obtienen de lechones, a los que se les quita las células animales y se colonizan con humanas. “Estamos en etapa experimental, con mucho éxito, en un año haremos los primeros trasplantes para aplicarlo masivamente”, estimó.
Andrés Castell recordó que la córnea es la parte del ojo trasparente, por lo que introducir un andamio igual de trasparente no es nada sencillo. Se requiere aclararlo y luego sobre ese andamio se colocan las células humanas tomadas de la médula ósea de la persona o de un familiar compatible.
El éxito se dará, sobre todo, entre los pacientes que perdieron la vista o tienen atrofia del nervio óptico desde nacimiento. Se les toma células de la médula ósea y de ahí se toma la base, que regenera los tejidos, todo los componentes del ojo, retina y nervio óptico, que son fundamentales, y por supuesto se sustituye la córnea, que permite el paso de la luz y protege al iris y al cristalino; asimismo, posee propiedades ópticas de refracción significativas, representando cerca de dos tercios de la capacidad total de enfoque del ojo, aproximadamente 44 dioptrías.
Después de tratar la cornea se implanta en los pacientes con células en la parte trasera del bulbo ocular, entre la mácula y nervio óptico.
Con este procedimiento se pretende detener el deterioro de la mácula, que es la encargada de procesar una visión en línea recta, clara y nítida, corregir la distorsión y opacidad de las imágenes, el desvanecimiento de colores y la dificultad para leer impresos o ver detalles.
Los pacientes que pueden recuperar la vista son aquellos que ya pasaron por todo tipo de intervenciones como láser, aplicación de gotas, fármacos para controlar la presión ocular o cirugía.
Lo importante es que con esta novedad científica la gente podrá realizar nuevamente actividades como leer, manejar y reconocer rostros, colores o cambios de luz.
Fuente: Milenio.com