El 3D, ¿un riesgo para la vista?
Iniciado con el film Avatar, el fenómeno 3D no deja de crecer. Pero esta revolución tecnológica, ¿es inofensiva para los ojos? El anuncio publicitario de Nintendo que desaconseja el uso de su consola 3D a los niños pequeños ha sembrado la duda. Sin embargo, los expertos en oftalmología despejan las dudas.
El 3D debería cobrar aún más importancia en los años venideros. Se trata de un fenómeno revolucionario en el plano tecnológico, pero ¿podemos estar seguros de su inocuidad?¿Son ciertos sectores de la población más sensibles que otros?
Un aparato visual naturalmente resistente
Diciembre de 2010: Nintendo desaconseja el uso de su nuevo juego con imágenes en relieve a los menores de 6 años, argumentando que su uso prolongado podría alterar el desarrollo visual. Pero a pensar del revuelo causado por esta afirmación, no hay por qué asustarse, ya que según señalan desde la Sociedad Francesa de Oftalmología (SFO) la alerta no tiene sustento científico. Desde la organización aseguran que a la edad en la que los niños comienzan a jugar con las consolas 3D “el sistema visual ya está completamente estructurado”, e insisten en que “el aparato visual es suficientemente fuerte para resistir las numerosas exigencias que ya le imponemos”, como las tres horas y media de televisión diarias (¡según las estadísticas!).
“La visión en tres dimensiones consiste en el tratamiento de las imágenes de manera separada entre el ojo derecho y el izquierdo y bajo un ángulo ligeramente diferente para que el cerebro reconstituya el relieve”, recuerda Béatrice Cochener, presidenta de la SFO. En el cine se utilizan dos tecnologías: la secuencia de imágenes codificadas y la activa, y las dos requieren del uso de gafas especiales.
Para la primera tecnología se necesitan gafas modales, cuyo inconveniente es que la calidad de la imagen en tres dimensiones depende de la posición que tenga el telespectador en la sala. La segunda requiere de gafas activas, cuya definición es excelente e independiente de la ubicación del espectador.
Respecto al riesgo que entraña el 3D, la SFO asegura, pese a la falta de estudios científicos certeros, que el 3D “existirá sin dañar los ojos”.
Estiman, sin embargo, que aún deben evaluarse muchos riesgos: fatiga visual, dolores de cabeza, náuseas, visión borrosa, desorientación, etc. Las personas con un ojo vago o problemas oculomotores (frecuente en los niños con problemas de aprendizaje) y las que tienen una mala calidad de visión pueden ser más sensibles al 3D.
Consolas 3D: padres responsables
Hasta que lleguen los estudios, los expertos de los SFO apelan al sentido común y a la responsabilidad de los padres: “Aunque es cierto que dejar que los niños pasen muchas horas frente a una pantalla puede provocar signos de fatiga visual (ojos llorosos, que pican y dolores de cabeza), lo dañino de estos juegos radica en que afectan al desarrollo intelectual y psicológico del cerebro, la baja calidad de sus contenidos y la tendencia a mostrar imágenes violentas”.
Aunque esta visión un poco maniquea de los videojuegos puede ser criticable, la moderación en el uso de las consolas o de la televisión es real. De modo que es importante que los padres limiten la cantidad de horas que sus hijos pasan frente a cualquier pantalla y estimularlos a moverse. Porque aunque los efectos de los videojuegos sobre la psiquis y la vista aún puedan ser polémicos, las consecuencias de la inactividad –sobrepeso y obesidad principalmente– son innegables.
Fuente: salud.doctissimo.es