El incremento de la radiación solar y el mayor tiempo al aire libre pueden ocasionar daños irreversibles en la visión y en los párpados, según un informe que advierte de las consecuencias a largo plazo para los ojos: cataratas, tumores, quemaduras, retinitis…
Un estudio publicado en febrero en la revista “Retina” demostró que “en las zonas donde hay mayor debilitamiento de la capa de ozono se produce más radiación y mayor incidencia de retinitis solar”. Los autores, de la Universidad de Pensilvania (EEUU), insisten en la necesidad de protegerse contra los rayos UV. En ese mismo sentido, la Agencia Española de Meteorología alertaba de que en junio se alcanzaron valores máximos de radiación ultravioleta. Amplias zonas del país oscilaron entre valores de 10 y 11 puntos (en una tabla que va del 1 al 11). “La protección de los ojos y la piel contra la radiación solar es crítica durante todo el año, pero especialmente en verano”, explica el doctor Hurtado, un especialista español.
Los párpados y la órbita ocular son dos de las zonas más proclives para la aparición de cánceres de piel. En ellos se concentran el 10% del total de este tipo de tumores, según cifras de la asociación norteamericana Skin Cancer Foundation. Además, su incidencia se ha incrementado un 3% en los últimos años hasta alcanzar una cifra de dos millones de casos anuales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La mayoría de estos tumores presentan una apariencia benigna, por lo que son difíciles de diagnosticar. “El problema es que muchos pacientes no dan importancia a un pequeño bulto o verruga en la zona del ojo porque creen que se trata de una lesión temporal, y a veces cuando llegan a consulta el tumor está muy extendido hacia las caps internas”, explica el doctor Hurtado. Ante el primer síntoma “se debe realizar una biopsia que nos permita saber el alcance de la lesión; aunque mucha veces se recomienda extirpar completamente la tumoración, una técnica que no deja secuelas estéticas si se realiza a tiempo”, concluye.
Otras enfermedades ocasionadas por los rayos UV a largo plazo son la retinosis y el Pterigión, un trastorno que consiste en el crecimiento irregular del tejido de la conjuntiva sobre la córnea. Una reciente investigación publicada en la revista “Acta Ophthalmologica” subraya que los rayos solares “aumentan sensiblemente la posibilidad de causar daños en el crecimiento de la conjuntiva, como el Pterigión”. Los investigadores de la Universidad de Melbourne (Australia) señalan que el riesgo aumenta a partir de los 40 años.
Algunas de las recomendaciones para protegerse del sol son: uso de gafas de sol adecuadas, sombreros, gorros, refugiarse debajo de la sombra y utilizar protección solar alrededor de la zona de los ojos.