Síntomas como irritación, ardor y escozor ocular son comunes en los ciudadanos de hoy y en muchas ocasiones están provocados por la contaminación ambiental.
Las partículas de polvo o polen, el humo de los coches y fábricas, los ácidos esparcidos en el aire y la luz ultravioleta son los fenómenos que más afectan negativamente a nuestros ojos, después de los factores hereditarios.
Además del polvo, el humo y otros fenómenos descritos, el cambio climático y la escasez de lluvia también contribuyen a que se disparen las alarmas de contaminación en las grandes ciudades y con ellos aumentan las enfermedades oculares como conjuntivitis, cataratas o blefaritis, entre otras patologías.
Síntomas molestos
La sequedad y la contaminación ambiental provocan unos síntomas muy particulares en nuestros ojos, como irritación, escozor, ardor, enrojecimiento y lagrimeo. Una de las estructuras más afectadas es la película lagrimal, cuya función es conservar la transparencia de las capas oculares y evitar que el ojo se reseque al contacto con el aire. Este aire contaminado junto con la sequedad ambiental y la mayor exposición a la radiación solar puede provocar irritaciones en nuestros ojos, por lo que para evitarlo debemos seguir los consejos de nuestro oftalmólogo, a quien debemos dirigir nuestras preguntas sobre estos casos para su valoración.
¿Cómo te ayudan unas gafas de sol?
Como medida preventiva, la más efectiva es el uso de gafas de sol para evitar que nuestros ojos entren en contacto con el aire, con el polen y demás agentes externos. Además, las gafas de sol nos protegen de los daños de los rayos ultravioletas. Es importante no tocarse ni restregarse los ojos con las manos. Cuando los ojos nos piquen y escuezan podemos utilizar colirios que devolverán la humedad y refrescarán el globo ocular. Recuerda también lavar las manos a menudo para protegerte de las infecciones oculares y favorecer la humedad ambiental con humidificadores en nuestro hogar u oficina. Además, debemos mantener limpios los filtros de los sistemas de ventilación del aire para que proporcionen un aire fresco, filtrado y libre de contaminantes.
Contaminantes dentro de casa
La contaminación ambiental no sólo la encontramos en las calles. Existen otros contaminantes que están en nuestras casas y también afectan a la salud de nuestros ojos:
- El síndrome de edificio enfermo. Se trata de un síndrome que produce alteraciones en la salud de las personas que trabajan o permanecen mucho tiempo en ciertos edificios. Estas personas presentan síntomas que pueden atribuirse directamente a contaminantes que se encuentran en el aire que circula en el edificio y que se encuentran en la ventilación inadecuada, moquetas, productos de madera, pesticidas, fotocopiadoras y agentes de limpieza.
- Tabaco. También este hábito insano influye negativamente en la secreción y estabilidad de la película lagrimal.
- Ordenadores. Cuando usamos el ordenador durante tiempos prolongados, puede empeorar un ojo seco ya existente o provocar la aparición de nuevos síntomas de sequedad ocular. Esto ocurre porque cuando miramos fijamente a una pantalla el parpadeo disminuye, lo que provoca una mala distribución de la película lagrimal y una evaporación más rápida de la lágrima.
- Aires acondicionados y calefacciones. Los sistemas de ventilación y acondicionamiento del aire dentro de un edificio pueden determinar la aparición de ojo seco.