El embarazo es una etapa llena de cambios tanto físicos, como psicológicos. El cuerpo de la mujer sufre una serie de alteraciones, que también afectan a sus ojos.
A partir de la semana 32, debido a la retención de líquido en la córnea y el cristalino, puede producirse un aumento de la miopía, lo que se traduce en una visión más borrosa de los objetos distantes. En la mayoría de los casos, estos cambios temporales no requieren el uso de gafas o el aumento de la graduación de las lentes que ya se están utilizando, dado que se revertirán aproximadamente a los dos meses de dar a luz.
Las embarazadas hipermétropes pueden experimentar dificultades para leer o, incluso, para la visión lejana si desarrollan el síndrome de insuficiencia de acomodación transitoria, que se puede prolongar hasta el final de la lactancia.
Incomodidad con las lentes de contacto
Algunas embarazadas experimentan incomodidad al llevar sus lentes de contacto como consecuencia de los cambios en la forma de la córnea. Además, la hinchazón de la córnea puede originar edema, lo que incrementa la irritación. Por eso, antes estas molestias, lo recomendable es alternar el uso con el de las gafas. Asimismo, el periodo de gestación no resulta el momento adecuado para comenzar a utilizarlas.
Sequedad ocular
Los cambios hormonales también provocan sequedad ocular, ya que la calidad y cantidad de la lágrima puede variar de manera sustancial, lo que se traduce en sensación de cuerpo extraño, quemazón, picor o, incluso, lagrimeo excesivo. Si se opta por las gotas para aliviar estos síntomas, conviene hablar con el especialista, porque algunas soluciones pueden contener ingredientes activos no recomendables durante el embarazo.
Párpados hinchados
La hinchazón alrededor de los ojos es otro síntoma común durante el embarazo. Aunque no supone un problema grave, puede resultar incómodo e interferir con la visión periférica. Incrementar el consumo de agua ayuda a disminuir la retención de líquidos.
Visión borrosa por hipertensión
El incremento natural en la tensión arterial experimentado durante el embarazo a veces causa visión borrosa o hace que se vean puntos. Esto es bastante común pero , en niveles excesivos, la hipertensión aumente el riesgo de problemas más graves como el desprendimiento de retina. De hecho, esos puntos en la visión podrían ser escotomas, que resultan indicativos de preeclampsia o eclampsia, complicaciones que, a veces, provocan que la presión arterial sea peligrosamente alta. Los escotomas no deben confundirse con las moscas flotantes que se mueven a lo largo del campo visual y que no suelen revestir un riesgo especial.
La mayoría de los cambios experimentados durante la gestación son leves y desaparecen a los pocos meses de dar a luz.