Los más pequeños de la casa son los más frágiles
Hace tiempo era poco común ver a niños o incluso bebés con gafas de sol. Hoy se sabe que los niños son mucho más susceptibles de sufrir daños oculares por la inmadurez de sus ojos, ya que no han desarrollado completamente los filtros naturales que le protegen de las radiaciones solares. Por eso es tan importante, o más que en el caso de los adultos, que empleen gafas de sol, ¡y nunca de juguete! Que sean niños no quiere decir que deban usar gafas de juguete.
Las hay adaptadas a ellos y con colores atractivos e incluso con ilustraciones de sus personajes favoritos, y las podrás encontrar en cualquier establecimiento sanitario de óptica. No te fíes de otras gafas que se vendan en otros sitios como mercadillos o bazares. Recuerda siempre vigilar que las gafas estén homologadas de acuerdo a la normativa europea (deben llevar el sello CE), y que su filtro sea el adecuado en función de la situación en la que el niño vaya a utilizarlas.
Además, los niños, que son tan fieles imitadores de sus padres, disfrutarán llevando unas gafas de sol al igual que hace papá o mamá.
Un gesto tan sencillo como ponerse unas gafas de sol puede hacer más por su salud visual y ocular de lo que imaginamos.
Si no llevamos a cabo una serie de cuidados básicos de los ojos de nuestros hijos pueden sufrir importantes lesiones. Por eso, además del empleo de gafas, hay que proteger su vista con gorra con visera. Estas son las mejores medidas para la protección de sus ojos. Recuerda que, aunque la radiación solar sea mínima, incluso con nubes, puede dañar los ojos y que desde los seis meses es importante que el bebé empiece a usar gafas de sol.