El glaucoma es una enfermedad que no duele, ni da síntomas hasta que ya es demasiado tarde. Por eso, los oftalmólogos recomiendan revisiones anuales a partir de los 40 años, sobre todo en el caso de las personas con alta miopía o antecedentes familiares de glaucoma.
Se estima que sólo en España, se calcula que afecta a un millón de personas. Sin embargo, tal y como señalan los médicos y expertos, el principal problema de este trastorno de la visión estriba en que más de la mitad desconoce que la padece, debido a que en los estados iniciales de la enfermedad puede no presentar síntomas.
Esta patología, que afecta a unos 60 millones de personas en el mundo, se caracteriza por una degeneración del nervio óptico causada por un aumento de la presión intraocular. Implica además la dureza del globo el ojo, la atrofia de la pupila óptica y la pérdida de visión. Un millón de españoles la padece, aunque la mitad de ellos lo desconoce. Con un diagnóstico a tiempo, puede iniciarse un tratamiento dirigido a frenar su progresión. Sin este tratamiento temprano, el 5% de los casos de glaucoma puede derivar en ceguera.
La Sociedad Española de Ópticos Optometristas y la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF) ponen el acento en la necesidad de concienciar sobre la importancia del cuidado de nuestros ojos. Una revisión periódica es la mejor manera de reducir los factores de riesgo de una enfermedad que, entre otras, se caracteriza por la tonalidad verdosa que adquiere la pupila, el incremento de la presión ocular y la atrofia de la pupila óptica. El responsable del glaucoma, en concreto, es el denominado humor acuoso, un líquido que se encarga de nutrir a nuestros ojos y asegurarse de que nuestra visión funcione perfectamente. Cuando se produce una alteración de este líquido, aparecen los problemas. Problemas de visión que suelen comenzar por la zona periférica del campo visual, es decir, dificultades para ver los objetos que tenemos a los lados (lo que se denomina mirar por el rabillo del ojo).
Tal y como hemos señalado, la edad es un factor de riesgo del glaucoma, siendo a partir de los 50 cuando aumenta su prevalencia, aunque no es el único, ya que las personas que padecen diabetes, miopía severa o el haber recibido un tratamiento prolongado a base de corticoides también tienen un mayor riesgo. El glaucoma afecta al nervio óptico y su tratamiento, en función del diagnóstico y tipo de glaucoma, va desde los colirios a la cirugía convencional o el láser.
Fuentes: Elmundo.es y Ellahoy.es