Ésta es una de las preguntas que con mayor frecuencia formulan los padres tras el nacimiento. Al nacer, el iris presenta un color azul-grisáceo (sobre todo en los de raza blanca), y esta tonalidad progresivamente se va transformando en función de la herencia transmitida por los padres, hasta definirse por completo entre los tres y seis meses.
El color del iris está determinado fundamentalmente por la cantidad de un pigmento (melanina) presente en él.
Se definen tres colores básicos de ojos: marrón, verde y azul, ordenados de mayor a menor en función de la cantidad de pigmento que presente en el iris del mismo, si bien existen muchas variantes entre ellos, aunque si se nace con los ojos marrones seguirá teniéndolos de ese color que es lo que ocurre en la mayoría de los recién nacidos de raza negra o asiática.
Fuente: Fundación de la Salud Visual