Liu Meixi, una periodista china de 26 años, se miró una mañana al espejo y decidió que quería “tener párpados” para que sus ojos parecieran más grandes. Pagó algo más de 500 dólares por una cirugía ambulatoria que cambiaría sus facciones y, una hora después de entrar al quirófano, salió del hospital con una mirada distinta.
Al igual que Liu, millones de mujeres asiáticas acuden a la cirugía estética para agrandar o modificar la forma de sus ojos. La mayoría de ellas piden la llamada “doble línea”, que produce la sensación de algo que prácticamente todos los rostros occidentales poseen pero de lo que carecen muchos asiáticos: los párpados marcados.
“En mi caso, no se trata de parecer más occidental, sino de tener los ojos más bonitos. Los chinos tenemos nuestro propio canon de belleza y este incluye ojos grandes y almendrados”, explica Liu, quien dice estar mucho más segura de sí misma desde que se operó.
Una práctica difundida
China es el tercer país donde más cirugías estéticas se practican, superado sólo por Estados Unidos y Brasil. Esta industria crece a tasas anuales superiores al 40 por ciento en el gigante asiático, donde cada año se realizan alrededor de cuatro millones de intervenciones. La cirugía estética es, además, un negocio lucrativo que generó ingresos por 48.000 millones de dólares en el 2010 y creó cientos de miles de empleos.
La sociedad china se ha familiarizado con las operaciones de ojos, algo que consideran relativamente común, incluso en las provincias más atrasadas del interior. Según un reciente sondeo realizado en Internet, más de la mitad de los chinos creen que no tiene nada de malo acudir a la cirugía para mejorar la presencia. Y una de cada cuatro personas respondió asegurando que le gustaría poder retocar de alguna manera su rostro si no fuese tan caro.
“Yo quería ser más bella y mi madre me animó mucho a hacerlo. Ella tiene los ojos pequeños y quería que su hija no sufriera por la misma razón. Todo el mundo me ha dicho que estoy más guapa ahora. Nadie me ha criticado por ello”, agrega Lui, nacida en el norte del país, en la gélida provincia de Liaoning. Y agrega: “Si me hubiera operado los pómulos o me hubiera aumentado los pechos, todo el mundo me habría criticado, pero la operación de ojos nadie la ve mal. Es algo normal. Todos me felicitaron por la decisión”.
¿Cuestión de autoestima?
La cirugía estética llegó a China vía Corea del Sur, Japón y Taiwán, como tantas otras tendencias y modas. De hecho, muchas chinas que pueden pagarlo viajan a Seúl para operarse, ya que las clínicas surcoreanas tienen más prestigio y más años de experiencia.
“Aunque las mujeres occidentales piensen que las chinas quieren ojos y nariz grandes para parecerse a ellas, no es verdad, al menos no para la mayoría. Ellas no vienen con fotos de actrices occidentales, sino chinas. El canon de belleza chino es más antiguo que el de las películas de Hollywood”, afirma el doctor Huang Dayong, cirujano jefe y director del centro estético Fundación Belleza, de Beijing, una de las clínicas donde las mujeres chinas de clase media y alta se hace la cirugía estética en los ojos. En medio de un mobiliario similar al de la casa de la Barbie, con sillas en forma de corazones rosas y mesas crema de acabados rococó, muchas esperan para cambiar sus facciones.
“Llevamos casi 20 años en el negocio. Estamos entre los pioneros. Al principio venían unas 200 chicas al año. Ahora son más de 500. A diferencia de lo que ocurre en Occidente, aquí lo más popular no es operarse los pechos, sino la cara. Lo que más me piden es una nariz más grande y unos ojos más redondos”, explica Huang. El perfil de las clientas de la clínica también ha cambiado. Si al principio amas de casa casadas con hombres adinerados eran quienes más acudían, ahora las adolescentes, algunas de familias humildes, conforman la clientela.
Pero aunque la cirugía ha ganado enorme popularidad en los últimos años y ahora parezca muy sencillo cambiarse las facciones, operarse los ojos sigue teniendo sus riesgos. Según la Asociación de Consumidores Chinos, en los últimos 10 años han salido mal unas 200.000 operaciones. “Han desfigurado miles de rostros”, aseguraban recientemente fuentes de la asociación en la portada de una publicación china.
Fuente: ElTiempo.com