Las enfermedades que amenazan la vista tienen un enorme impacto socioeconómico en los sistemas de salud, las personas y sus familias en todo el mundo. Los oftalmólogos, investigadores y legisladores deben prestar especial atención a los patrones de dieta y estilo de vida de la población, para identificar a las personas con alto riesgo de desarrollar enfermedades oculares, como el glaucoma, la degeneración macular asociada a la edad, etc. o aquellas personas especialmente vulnerables a la progresión de las enfermedades oculares. Es urgente reforzar todas las medidas preventivas para contrarrestar el incremento de estas enfermedades a fin de evitar la discapacidad visual y la ceguera, y la pérdida de la calidad de vida ligada a la visión.
Descuidar el potencial de los alimentos naturales, los beneficios de la dieta mediterránea y los efectos positivos de los suplementos nutricionales apropiados puede suponer un importante gasto socioeconómico con respecto a la salud ocular.
Según un reciente estudio publicado en la revista Foods, el brócoli, las chufas, las nueces y el azafrán se deben incorporar a la dieta porque los cuatro alimentos tienen efectos antioxidantes, antiinflamatorios, neuroprotectores y antiogénicos (formación de vasos anómalos, un proceso al que están ligadas enfermedades como la retinopatía diabética, la degeneración macular por edad y el glaucoma neovascular).
Se ha llevado a cabo la prueba con 30 gramos de chufa, un puñadito. Y el azafrán, por ejemplo se puede añadir echando dos o tres hebritas en el arroz. Los chefs lo están usando también como condimento en salsas de carne y pescado.